jueves, 31 de mayo de 2012

Todo lo que tú me enseñaste


Me enseñaste que el licor era la brisa,
la brisa que acaba con la vida,
me enseñaste que el tabaco era la bruma,
la bruma que la muerte canaliza.
Aprendí de ti tantas cosas,
me alejé de lo poco que bebía,
sentí las ganas de dejar el humo
que se esparce por la vida entre fumadas.
Me enseñaste que la soledad no era cosa mala
y entendí que solitario con tanta gente corro por la vida.
Por todo aquello que tú me enseñaste,
me gustaría en esta vida conservarte.
Mi gran amigo que en tan poco tiempo me enseñaste.
Ahora entiendo mi soledad y me he quitado aquel vacío
que sentía por mi vida solitaria,
y quisiera que mi vida solitaria junto a ti, amigo, fuera.

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